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Conectando desde el ser

¿Cuál es tu propósito al comunicarte?

Al comunicarnos debemos mantener claro, muy claro, lo que queremos que las personas entiendan de nosotros.

Vivimos tiempos de hiperconexión donde al parecer estamos en un presente permanente. La interacción es el metaobjetivo que buscamos a diario.

Todo debe ser breve, claro y directo. Todo parece que debe hacerse rápido porque el fin último es la viralización del contenido. Pero, cabe preguntarse, ¿para qué quieres que todo el mundo vea lo que haces?

Si eres alguien que vende un producto u ofrece un servicio seguro tendrás ese sueño dorado de ser célebre en las plataformas sociales. Tener miles de seguidores, por favor más de 10 mil, y asegurarte de que mucha gente disfruta lo que publicas. Eso sería perfecto si fueses una persona influyente, altamente creativa y, sobre todo, generadora de miles de dólares.

La verdad es que aparecer en una pantallita haciendo bailes o usando el lip-synch, la sincronización (a veces desajustada) del audio de un cómico famoso no te garantiza el pago mensual de tus tarjetas de crédito. Mejor hablemos del propósito de tu comunicación. ¿Qué buscas transmitir en las redes sociales? ¿Qué dicen tus palabras escritas en cada contenido público que compartes? ¿Qué tipo de mensajes dejas usualmente en tus conversaciones vía WhatsApp?

La hipermediatización de la vida nos está llevando a sentir que las experiencias reales son insuficientes, por eso estamos en constante aparición en pantalla, vitrina de las actitudes ensayadas para gustar. Si quieres ganar clientes debes aparentar ser un híbrido entre gratis, excelente e imprescindible. Conquistar a la gente, despertarle las ganas de conocerte porque eres chévere, convencerla de que tú debes estar en su vida. Ah, muy bien, pero ¿qué le vas a dar de peso? ¿Qué hay de significativa, poderosa e invaluable en esa comunicación?

Tener un propósito va más allá de una frase para colgar en tu oficina. Se trata de analizar en profundidad, en esa relación intensa de mí-conmigo, para qué estoy en este plano, el porqué vine a este mundo. Quizá lo tengas muy definido, tal vez estés trabajando en ese esclarecimiento en este justo momento. Sin duda nunca será suficiente lo que hagamos para perfilar el objetivo que pretendemos conseguir haciendo lo que hacemos. Aunque esto suene a un juego de palabras.

Si produces algo con amor y dedicación, eso deberá verse, sentirse, disfrutarse. Si ofreces tu tiempo para ayudar, asistir o facilitarle la vida a alguien, eso también deberá ser percibido como realizado desde el ánimo gozoso de quien ama lo que practica.

Al comunicarnos debemos mantener claro, muy claro, lo que queremos que las personas entiendan de nosotros. Palabras entendibles, ideas coherentes y un mensaje comprensible. De esta manera lograremos llegarle a quien, sin saberlo, nos está buscando porque eso ocurre cuando estamos sintonizados con nuestro propósito.

Y tú, ¿ya sabes cuál es el tuyo?

Florángel Quintana

Mentora en Comunicación, Escritora, Asesora Literaria

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