¿A qué te invita emocionalmente una ruptura de pareja?

La mayoría de las personas adultas, han vivenciado al menos una vez en su vida una ruptura de pareja o el final de una relación amorosa. Para algunos, el proceso de asumir la separación suele ser emocionalmente desafiante e incluso existen personas que no se atreven a tomar la decisión por: miedo a estar solos, a lo que pueda hacer su pareja con la noticia, los hijos, al señalamiento social o porque se juegan intereses económicos importantes. Resultan múltiples las razones por las que una pareja llega al punto de plantearse el fin de la relación, sin embargo, estas se consideran unas de las principales:

• Dificultades en la Comunicación.
• Problemas económicos.
• Perdida del interés sexual.
• Infidelidad.
• Manejo inadecuado de las emociones y conflictos.
• Ausencia de proyectos individuales y comunes.

En este artículo, me gustaría dar un paso atrás en la historia de una pareja para poder comprender el recorrido que hacen mientras deciden permanecer juntos.

¿Te has preguntado qué procesos internos comparten las parejas?

Comúnmente, elegimos pareja por un primer filtro: la atracción física o psicológica por “su forma de ser”. Luego aparece la etapa de enamoramiento, es una temporada llena de fantasía e idealización, con el tiempo este enamoramiento va decantando y empiezan a aparecer nuestros procesos internos:

• Creencias familiares.
• Necesidades afectivas.
• Heridas subyacentes desde la niñez.
• Miedos, proyecciones y situaciones no resueltas de nuestras vidas.

Justo cuando en una pareja aparecen estos procesos internos, tan profundos e individuales llega al punto donde puede tener éxito o por el contrario aparecen las ideas de rupturas. A continuación, te explico las razones:

En el transcurrir de sesiones terapéuticas que he atendido por temas de pareja, hay una constante frecuente: “Él o ella debería hacerme feliz” esto significa que la persona ha colocado la responsabilidad de su felicidad en manos de alguien más. ¡Vaya peso! para quien deba llevarlo y ¡Qué comodidad! para quien hace que su pareja tenga el deber de hacerlo feliz.

Es una creencia profundamente arraigada considerar que la felicidad es “una cosa externa a mi” que me deben demostrar con gestos, atenciones o títulos y rangos laborales. Lo cierto, es que la felicidad es una conquista personal y única de la que cada persona es responsable.

1er Desafío: ¿Qué es la felicidad para mí y a quién responsabilizo de hacerme feliz?

Generalmente, a medida que una persona que asiste a consulta va profundizando en “mirar hacia dentro”, busca sus propias respuestas y asume su historia con luces y sombras, en esa misma medida desarrolla absoluta responsabilidad y conciencia de sí mismo, deja de culpar a otros y comprende que los demás también libran batallas emocionales complejas.

2do Desafío: ¿Soy capaz de mirar y atender lo que sucede dentro de mí?

Por último, las proyecciones que hacemos sobre los otros son la principal fuente de sufrimiento en cada uno de nosotros, te preguntaras ¿Qué es una proyección? es mirar en los demás actitudes positivas o negativas que no acepto o reconozco en mí. Por lo general, la persona en la que más proyectamos nuestros miedos, malestares, intolerancias o frustraciones termina siendo la más cercana; la pareja.

3er Desafío: ¿Qué proyecciones propias estoy colocando en mi pareja?

Para concluir, es entonces una ruptura de pareja un proceso doloroso que también puede traer consigo profundos aprendizajes si te das la oportunidad de revisar ¿Qué enseñanza obtuve en esta relación? ¿Qué le agradezco? ¿Qué momentos fueron valiosos? ¿Qué aspectos de mi me mostró para ser más consciente? Cuando logres encontrar respuestas a estas preguntas, lograras realizar el cierre adecuado de esa relación y ganaras mayor conocimiento de ti mismo.

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