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Conectando desde el ser

El poder del mensaje y el efecto de los errores ortográficos

Cuida la potencia de lo que expresas por escrito, toma en cuenta que estás dejando tu huella digital.

“Hazlo rápido”. “Apúrate que el algoritmo penaliza”. “No te afanes, nadie lee ya”. “Igual la gente entiende”. “El mensaje llega, la gente no le para a los errores”.

Estas son las excusas comunes que oigo y las lamento. Son la salida fácil para no admitir que hay una absoluta irresponsabilidad al escribir. Y esto suena antipático, es un comentario pesado para algunos… “Ya cierra que nos salió regaño”.

Cuando se quiere hablar del valor de la comunicación, la importancia del lenguaje y el poder del mensaje en cuentas que buscan agregarle algo a la vida digital de sus audiencias, hay que saltarse lo relativo a la pericia escritural. A esa habilidad aprendida (o no) en la etapa escolar, mejorada en los estudios secundarios y perfeccionada en la adultez con los estudios de tercero y cuarto nivel no hay que traerla a colación. Es una incomodidad.

No hablar de cómo se escribe. No admitir que se escribe mal. Y muchísimo menos, no permitir que alguien te diga que puedes hacerlo con mayor ahínco, interés y efectividad.

Lo interesante de esto es que quienes llevan adelante cuentas como creadores de contenido, terapeutas holísticos, coaches y profesionales del bienestar, desde mi experiencia, se ocupan con muchas ganas de decir, decir, decir. Aconsejan, alertan, buscan inspirar enfocándose en mensajes que lleguen a la mente y a la sensibilidad de los lectores-seguidores. Sin embargo, no se detienen a analizar cómo están diciendo lo que dicen.

“Eso fue el autocorrector que hace lo que le da la gana”. ¿De verdad vas a culpar a un proceso informático? No, la responsabilidad de lo que comunicas es tuya, tú eres el ser humano inteligente y capaz que sabe lo que quiere expresar y entiende la importancia de lo que va a compartir.

Una ortografía deficiente puede propiciar confusión, generar ruido en la percepción del mensaje. Además, muestra poco profesionalismo, resta credibilidad. Y sí, nadie es infalible, todos nos equivocamos alguna vez, pero hacerlo de forma recurrente y en casi todas las publicaciones que se comparten en las plataformas, pues a eso no puede sino llamársele desinterés.

Cuida la potencia de lo que expresas por escrito, toma en cuenta que estás dejando tu huella digital. Haz que tu presencia online sea digna de ser recordada por las razones correctas. Escríbelo mejor. Hazte memorable.

Florángel Quintana

Mentora en Comunicación, Escritora, Asesora Literaria

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