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Conectando desde el ser

La democracia, un derecho inalienable a la libertad

La democracia como sistema de gobierno, nos permite la participación ciudadana.

Mucho se habla de la democracia pero poco se hace por construirla, sería una frase muy adecuada para nuestra región latinoamericana, ya que en los últimos tiempos, vemos el surgimiento de movimientos totalitarios que, tomando como bandera las inequidades de las grandes mayorías y la corrupción de sus gobernantes, quieren surgir como los nuevos líderes del cambio y del desarrollo.

La democracia, es un derecho de la humanidad, a vivir en este sistema que pese a sus imperfecciones, no ha podido demostrarse que haya otro que lo supere en beneficios de orden económico, social, político y del ejercicio de libertades plenas.

Siendo un derecho, éste va acompañado de un deber y es ahí donde la gran mayoría de la sociedad latinoamericana, no se da por enterada. Nos hacemos los sordos, ciegos y mudos, ante las obligaciones que ésta demanda, empezando por la participación ciudadana. Todos están ocupados o tienen cosas más importantes que hacer, como para participar de las acciones de gobierno que afectan nuestras propias vidas.

La democracia como sistema de gobierno, nos permite la participación ciudadana a través de partidos políticos, a través de colectivos, a través de la opinión individual y, lógicamente, a través de la fiscalización de los actos de gobierno, sean estos de carácter nacional, regional o local. En Latinoamérica, nuestros gobernantes están acostumbrados a ser autocráticos, a que ellos decidan en qué y cómo se participa y, cuando no les gusta cómo reacciona el pueblo, se toman atribuciones antidemocráticas y mandan a controlar abusivamente a los manifestantes, cierran el congreso, dan golpes militares para perpetuarse en el poder, censuran a los medios de comunicación, entre otras cosas.

Si damos una mirada a la región, comprobamos que la democracia es incipiente, tambalea, se sostiene en parapetos, con seudo gobiernos democráticos, débiles e improvisados que han hecho de la corrupción un estilo de gobierno y que se ha enquistado en todas las esferas de nuestras sociedades; para muestra un botón, el caso de la empresa brasileña Odebrecht, que nos mostró cómo opera la corrupción, como atrae a los gobernantes y funcionarios de gobierno, cómo se mueve en todos nuestros países y cómo la justicia tiene manos temblorosas para sancionar a estas empresas corruptas, que no solo nos roban los recursos económicos con sobrevaloraciones de las obras de infraestructura sino que, cual cáncer, mata la moral de nuestra sociedad.

La pandemia ha desnudado la realidad de nuestros países de manera dramática, mostrándonos cuán lejos estamos de alcanzar el desarrollo del llamado primer mundo. Tenemos un gran reto y es impulsar el fortalecimiento democrático a todos los niveles de nuestra sociedad. Mientras no tengamos claro este aspecto, poco podremos avanzar en el camino hacia el desarrollo, la democracia nos permite transparentar las acciones de gobierno, luchar contra la corrupción, promover el bien común, pero nos exige de hombres y mujeres decididos a defenderla, a no abdicar de ella.

Miguel Calle Rivera

CEO y Presidente Asociación Peruana de Ciudades Educadoras. Por más de 25 años, ha desplegado encuentros de APCE en las distintas provincias y ciudades del Perú, así como, internacionalmente. Sitio web: apceperu.com

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