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Conectando desde el ser

La historia de la ciudad, un espacio de ciudadanía

Conociendo la historia de nuestras ciudades tendremos la oportunidad de revalorar a sus gentes, a aquellos hombres y mujeres anónimos que aportaron a su surgimiento y desarrollo.

Nuestras ciudades, grandes o pequeñas, antiguas o modernas, se constituyen en verdaderos libros abiertos donde se aprende y ejercita el oficio de la ciudadanía.

Es aquí donde nos encontramos con las huellas del pasado, ese pasado que no ha dejado de existir y que está presente a través de su historia, sus costumbres, los personajes que la fundaron, sus hombres y mujeres que han transitado por sus calles y plazas aportando ideas y valores.

Es así que, la historia en la ciudad se transforma y nos ofrece la posibilidad de adentrarnos en ella, de transportarnos en un viaje imaginario hacia sus inicios y estudiarla, investigarla, representarla, conocerla y amarla, con la finalidad de encontrar y afirmar nuestra identidad, y de proyectarse a un futuro promisorio en función de lo ya vívido. Por ello, quien no conoce su propia historia está condenado a caminar sin identidad, sin un norte y a repetir errores.

Del pasado de nuestras ciudades rico en tradiciones, costumbres, mitos y leyendas, podemos obtener un vasto aprendizaje, valorando y reflexionando sobre los personajes y las situaciones que marcaron época o que dieron pie al nacimiento de un pensamiento independentista, una generación de escritores, incluso del accionar o la reacción del pueblo frente a determinadas situaciones, en fin, el aporte de la historia para el conocimiento de nuestras ciudades es muy valioso, tanto que hoy podemos poner como ejemplo los variados proyectos que se tienen en el Perú para conocer cómo vivían nuestros antepasados y que avances tuvieron en los campos de la vida humana en la época prehispánica.

Igualmente, podemos señalar como la historia también se convierte en una fuente de riqueza para las generaciones actuales pues nos permite mostrar al mundo entero la riqueza arqueológica y cultural del antiguo Perú; nuestro país vive en gran parte del turismo cultural que genera ingentes sumas de divisas para el desarrollo nacional y que además tiene un gran efecto multiplicador en las economías locales regionales y en la nacional.

Conociendo la historia de nuestras ciudades tendremos la oportunidad de revalorar a sus gentes, a aquellos hombres y mujeres anónimos que aportaron a su surgimiento y desarrollo. Así, la historia se convierte en un fuerte instrumento de ciudanía que debemos aprovechar, día a día, para generar una verdadera educación ciudadana en nuestra población.

Miguel Calle Rivera

CEO y Presidente Asociación Peruana de Ciudades Educadoras. Por más de 25 años, ha desplegado encuentros de APCE en las distintas provincias y ciudades del Perú, así como, internacionalmente. Sitio web: apceperu.com

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